Somos el sueño de Cacho, un tipo adelantado a su tiempo. Allá por los años 50, cuando las cosas se hacían a pulmón, él era el encargado de compras en una fábrica. Pero no se conformó. Tenía ese fuego interno, esa chispa que te dice “¡hacé lo tuyo!”. Y así fue. Cacho decidió emprender, buscar su propia leyenda personal.
Arrancó desde cero, viajando en colectivo, pateando las calles para encontrar clientes, y entregando él mismo, porque sabía que lo auténtico no se terceriza. Con cada paso, iba construyendo algo más grande: Confecciones Florida.
El tiempo pasó, y lo que comenzó como un sueño se transformó en una marca. Pero no lo hizo solo. Betty, su compañera de vida, estuvo ahí, hombro a hombro, construyendo juntos no solo una empresa, sino una familia.
Hoy, esa familia sigue acá, manteniendo viva la esencia de Cacho, con el mismo sentimiento, innovación y constancia que él le puso desde el primer día. Somos modernos, somos alternativos, somos creativos. Nos adaptamos, pero nunca olvidamos de dónde venimos. Cacho lo empezó todo, y nosotros seguimos su legado con la misma energía y rebeldía consciente. Porque, al final del día, ser auténtico nunca pasa de moda.